HISTORIA del Diseño Gráfico en Venezuela
Desde las revistas Shell y El Farol habían comenzado a sentirse nuevos aires con el aporte estético y experimental de Carlos Cruz-Diez, June, Nedo y Leufert. Luego, con la llegada de la revista CAL (Crítica, Arte y Literatura), bajo la dirección artística de Nedo M.F. (Mion Ferrario) y la dirección de Guillermo Meneses, se creó un precedente en el diseño de publicaciones periódicas, a través del gesto experimental de Nedo, cuyo impacto repercutió definitivamente en el campo editorial en el país y sirvió de inspiración a revistas posteriores, como es el caso de Actual, diseñada por su discípula Aixa Díaz.
Otro visionario a quien debemos el impulso del diseño en el país, y sobre todo a otorgarle un lugar en el campo de las artes plásticas, es Miguel Arroyo, quien desde la dirección del Museo de Bellas Artes lo convierte, en palabras de Felipe Márquez, en “un centro de ensayos gráficos, representado tanto por la originalidad de sus catálogos (Leufert y Sotillo) como por los nuevos planteamientos gráficos desde el punto de vista museográfico. En esta institución se organizaron las primeras exposiciones de diseño gráfico realizadas en el país”. Esta labor de impulso que comenzara Arroyo en el MBA, la continuaron otros diseñadores desde el Museo de Arte Contemporáneo y desde la Galería de Arte Nacional, espacios donde se procuró la excelencia en publicaciones y donde se proyectaron los trabajos de: Carolina Arnal, Waleska Belisario, Sigfredo Chacón, Aixa Díaz, Luis Giraldo, Pedro Mancilla, Ibrahím Nebreda, Carlos Rodríguez, Álvaro Sotillo y Oscar Vásquez, entre otros.
Ese empuje inicial dio paso a lo que es hoy el diseño gráfico en el país, donde la labor de las imprentas aunada al trabajo de una nueva generación de diseñadores ha procurado la emergencia de nuevos tipos de publicaciones en las que se realza el diseño. Sin embargo, se hace necesario mirar atrás, a los inicios, para entender cómo esas sólidas bases se han proyectado hacia el futuro, para extenderse hasta las privilegiadas generaciones de relevo que se nutrieron de esos inicios experimentales, marcados por un amplio y bondadoso sentido de colaboración en el trabajo. A través de los testimonios de algunos protagonistas de esta primera generación de relevo buscamos rememorar estos inicios. Consecuencia de una mixtura estética.
Nedo:
la dialéctica entre el aprendizaje y la amistad
Desde la historia de Aixa Díaz
“Si yo no hubiera trabajado con Nedo, no hubiera entrado en el diseño”. Nedo había empezado a trabajar en el Museo de Arte Contemporáneo y contrató a Díaz y a Luis Giraldo de ayudantes: “Era un equipo de trabajo medieval en el mejor sentido del término: Nedo era el maestro y nosotros los aprendices y hacíamos lo que él decía , y no se discutía: se comentaban los trabajos, él boceteaba, los veíamos y hacíamos preguntas, pero todo lo que se producía era de su cabecita. Nedo tenía la generosidad de incluir siempre nuestros nombres en los catálogos, pero las ideas eran de él. Nos dividíamos naturalmente el trabajo; Nedo trabajaba más que nosotros, no paraba.” Luego, acabó el trabajo en conjunto, más no la relación amistosa. Díaz comenzó a diseñar la revista Actual con un grupo editorial conformado por Ana María Rodríguez, Verónica Jaffe, Miguel Márquez, “Me tomé la libertad de hacer lo que quería y fui a mostrarle el primer número a Nedo, y me dijo que le recordaba a CAL, y le dije que estaba hecha con premeditación y alevosía para recordarla. Lo que hice con Actual fue posible porque vi sus números de CAL”. Díaz agradece a Nedo su carrera y a veces se arrepiente de no haberse dejado influenciar más. El hecho de haber incluido el trabajo de su maestro en su propio trabajo, como fue en la portada del primer número de Actual acá incluido, era una suerte de homenaje a esos alfabetos imposibles, a la metasignosis.
Gerd Leufert: La intimidad con el diseño
Desde la perspectiva de Alvaro Sotillo
Egresado de Artes Aplicadas en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, Álvaro Sotillo emigró a la Neumann al igual que algunos de sus colegas, donde encontró un ambiente creado, además del “ánimo y la nitidez” del oficio que le dieron los inmigrantes a la carrera, aquellos que venían de Europa con un oficio definido. “Marcel Floris y Gerd Leufert, que venía de la Escuela de Diseño de Munich. Era un momento en el que se renovaba la idea del diseño en el centro de Europa”. El museo fue entonces el epicentro del diseño contemporáneo en el país, cuando Arroyo, que venía de estudiar artes aplicadas en Estados Unidos, se encuentra con Leufert, en la búsqueda de alguien que le hiciera las publicaciones con calidad. “Y de allí surgen las imagines de diseño que uno tiene como paradigma. Había el ánimo de los inicios con la visión contemporánea del mundo. La necesidad del país los impulsó, todo estaba fresco, había una euforia reconstructiva después de Pérez Jiménez, del exilio, aupada por la actividad económica favorable del petróleo.” Sotillo ve a Leufert y a todos los de su generación tratando de instalar su visión en el país para nivelarlo internacionalmente y rescata lo integral de una educación en la cual la literatura y el diseño estaban al mismo nivel: “Me considero un privilegiado porque digo que mi verdadera profesión se dio en el taller privado de Leufert, en los 10 años que tuvimos una relación casi diaria. El decía que era muy difícil enseñar sin convivencia. Yo aprendí el compromiso con el trabajo, y eso es difícil de aprender y de adquirir. Es lo que más valoro. Soy un privilegiado”.
Consecuencia de una mixtura estética
Desde la experiencia de Sigfredo Chacón
Para este artista plástico y diseñador gráfico, esa fue una época especial y privilegiada: “Nos dieron clases Guillermo Meneses, Gerd Leufert, Nedo, Ludovico Silva, Roberto Guevara, Clara Diament de Sojo, Harry Abend, Gego, John Lange, entre otros. Era como un crisol de información. También pasaron por el Instituto Hanni Ossott, Alirio Palacios, Ricardo Armas, José Sigala, Federico Fernández, Jorge Cruz”. Insiste en hablar en plural, porque fue un aprendizaje de muchos años, de un grupo, no de una persona, en épocas que considera especiales para Venezuela : los 60’s, 70’s y 80’s. “Cuando alguien venía de afuera se asombraba del nivel museográfico, que se ha perdido porque el concepto es otro. Se han perdido la excelencia y el profesionalismo”. Para ubicar a Venezuela en el contexto del diseño en los 80’s, recuerda la visita de Jorge Frascara, entonces presidente del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico, ICOGRADA, que andaba de gira por Latinoamérica y, luego de su visita a Caracas, envió una carta donde resaltaba lo avanzado de la enseñanza en el Instituto de Diseño Neumann. Al igual que muchos diseñadores de su generación, Sigredo conoció a Nedo, a quien considera el precursor de la tipografía experimental en Venezuela, además de un visionario, y fue alumno de Leufert y de Gego: “Me siento heredero de la ética que mantuvieron durante su vida. Yo tenía 15 años y nos hicimos amigos. Comíamos los viernes en su casa y colaborábamos con Gego en sus exposiciones. Eso se mantuvo durante toda la vida: una relación de admiración por lo que ellos hacían y eran. Entonces Caracas era otra, uno se conocía y a uno lo buscaban, uno se veía y se conocía en exposiciones”. Recuerda en particular cómo, durante una visita al MBA .
junto a Víctor Lucena, Miguel Arroyo les invitó a entrar en una sala en montaje, pidiéndoles su opinión al respecto, “…nos explicó sus motivos, cómo lo hacía, nos empezó a hablar de composición, y desde entonces fuimos amigos de Miguel Arroyo. Era muy considerado y siempre estaba pendiente de lo que uno hacía”. Para Chacón, su grupo era la generación de relevo de quienes definieran el rumbo del diseño en el país, eran sus discípulos y alumnos, pero también sus amigos, una relación difícil de explicar porque no era formal, aunque todo se convertía en una clase magistral: el café, la visita, el museo, el almuerzo. “Más allá del interés profesional había una relación humana muy interesada, había una calidez y una amistad, un cariño siempre de toda una vida”.
June, Leufert y Nedo: Maestros de fusión
Desde la concepción de Waleska Belisario
Estudia en el Instituto de Diseño y por razones personales abandona la carrera en el segundo año, cuando entra a trabajar en la GAN como asistente de Carlos Canudas, quien estaba a cargo del departamento gráfico en 1976. La “satisfactoria” experiencia de entrar en contacto con el mundo del arte y del diseño, coincidió con el desarrollo de la imagen de la GAN por Álvaro Sotillo, ayudado a la sazón por un equipo del Museo de Bellas Artes conformado por Sigfredo Chacón e Ibrahim Nebreda. Sus inicios coinciden con el proyecto de diseño de estampillas para IPOSTEL liderado por Leufert, para quien realiza las artes finales, momento en que empieza una relación de pupila y maestro que dura nueve años. Ubica la raíz del diseño gráfico en el país en June, Leufert y Nedo: “June fue el inicio de todo, fue la cabeza. Leufert hablaba de él como su maestro. Hay una combinación de la influencia extranjera. Nedo y Leufert eran enamorados de este país y de todo lo que les proporcionada. Leufert y Gego vivieron en Tarma y Nedo adoraba el Llano. Aprovecharon sus conocimientos y absorbieron la cultura nuestra para hacer una mezcla”. Recuerda que antes de Internet, se alimentaban de las ideas de los maestros y de los libros de diseño que éstos traían de afuera, lo que hizo que, a pesar de las limitaciones, fluyera la información. “Ahora pienso que con la Internet hay un universo donde te encuentras con talleres de diseño, grupos, colectivos, diseño para Web, diseño tipográfico; se ha ampliado profundamente la profesión, y hay oportunidades, hasta para quienes no saben. Todo ha cambiado y ahora impera el caos visual, proporcionado por los medios y por lo que sucede. Yo, en la medida en que puedo, trato de ser fiel a mis gustos y a mi manera de diseñar”.
Rememora los inicios y desarrollo de una carrera y un oficio que se han profesionalizado, hasta llegar a la idea de crear una Asociación de Diseñadores Gráficos en Caracas, responsabilidad que asume por generación y para apoyar al oficio, que sigue siendo de nivel, pero distinto: “Surgen nuevas generaciones, como Masa, diseñadores de páginas Web que han contratado con éxito en Europa y Estados Unidos. Yo no apuesto al diseño exquisito sino a la creatividad que tenemos los venezolanos para resolver las cosas de buena manera. Pienso que las nuevas generaciones tienen una percepción distinta de la comunicación, quizá marcada por el caos visual generacional. Ellos están viendo TV, escuchando música y trabajando al mismo tiempo, yeso se ve en el diseño gráfico que hacen, pero sienten admiración por uno y nos ven como un referente para usar o para apropiar”.
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